No Excuses

20.8.10

20 centímetros de distancia

Sentarme en un banco de plaza bajo el sol, en total apatía y consonancia con mi espíritu, puede ser una experiencia sumamente pacífica. Y sin dejar de serlo, puede ocurrir que me baste un instante para adivinar que la anciana que veo acercarse con dificultad, del brazo de su empleada peruana, pedirá permiso para sentarse a mi lado. Siempre existe “ese” trozo de banco librado al azar.

A diferencia de otras veces en que he sentido la necesidad de oxigenarme en una plaza a causa de algún malestar emocional, hoy no me fastidió tal presencia. Nunca interfirió en mi pensamiento vacío. Sorpresivamente, completó una escena de extrema tranquilidad.
La entrecortada conversación entre la anciana y su empleada hallaba las pausas justas para no molestar. Conversaban sin fluidez, como en un telegrama; de modo comparable a una canilla que se abre y se cierra continuamente, y no gotea.

- “Vio como es Juanita. Tiene miedo. Miedo a todo.”

(PAUSA. Sol tibio, niños jugando a la pelota, suave cantar de aves…)


- “Ah, no! Eso no es vida. No, no, no querida”

(PAUSA. Sol aún más tibio, niños risueños jugando a la pelota, largo cantar

de aves…)

13.8.08

M & M (la vida en colores)

Mientras posaba un pie fuera del taxi, lo vio aproximarse lentamente, inmaculado en su camisa blanca de verano y jean celeste, mirada sostenida y manos en bolsillos... descubiertas un segundo después, al extraer dos inmensos paquetes de M & M en los cuales quedaba sellado indefectiblemente un futuro no imaginado.

Un futuro que nació entonces para vivir un tiempo en forma latente, e ir disparando sus destellos de a poco, entre palabras, caminatas nocturnas, paseos virtuales, debates encarnados, cosquilleos… Y el eco de una risa eterna que todo lo minimiza, todo lo simplifica, todo lo colorea.

Vivir en colores es un sueño que se concreta a pesar de los demás, siempre. El mundo no está habituado a que alguien viva en colores.

26.5.08

Me puede...

...la dulce voz de Keane expresándolo insistentemente:

For a lonely soul, you're having such a nice time
For a lonely soul, you're having such a nice time
For a lonely soul... it seems to me... that you're having such a nice time

(Extracto de "Nothing in my way")

11.4.08

La bella y la bestia

El sesentón de voz fumadora era, sin duda, la nota de color en el submundo nocturno del hotel. Ni la llamativa pareja belga, ni el particular esplendor de "Tamara", ni el hermetismo de los misteriosos bigotudos coleccionistas de musculosas blancas ganaban semejante protagonismo. El cabello blanco y tangueramente engominado de este tano llamado Jorge, conjugado con el pucho y el vaso de whisky on the rocks, conformaban un personaje muy singular.

Nosotros, atentos receptores del confesionario de Jorge, escuchábamos cada noche el relato verborrágico de un hombre arrepentido de sus miserias, quien a expensas de ellas, reconocía no poderlas exorcisar. Con ojos vidriosos recordaba cómo fusilaron a su padre cuando niño, cómo condujo un matrimonio feliz a la bancarrota económica y emocional, como pasó mecánicamente de mujer en mujer, y cómo fue perdiendo vínculo con sus hijos... hasta que se encontró solo. Bañado en dinero, y solo. “Son los vicios”, aseguraba con culpa.

De tanto en tanto, entre palabra y palabra, aparecía su media naranja. Tenía la impronta propia de las mujeres que fueron dulcemente bellas, y que a pesar de la edad, lo siguen siendo. Una belleza de herencia -al estilo Jacqueline Bisset- pero también de esencia. Su mirada era transparente; rasgo que no se compra ni con cirugías ni con disfraces.

Resulta que la historia de amor con la bella dama era reciente. Ella sí había conocido la felicidad, pero la vida se la había arrebatado de un hachazo. Él la definía como el “tesoro” que lo rescató del pasado. Aunque creyera estar convencido de ello, el remordimiento le brotaba de manera tan evidente, que incluso él mismo confesaba no sentirse merecedor de una mujer -y un amor- tan incondicional. Pero no tenía el coraje de soltarla...

Así era “la Chiqui” para él: un hada. Única, intocable. Y así era él, para ella, y para todos: un incorregible. Pues no faltaba oportunidad para que aflorara la bestia. Luego de piropear groseramente a la inglesa que se acercó a pedir un trago (que, a juzgar por su sonrisa, jamás entendió el lenguaje criollo de semejante salvajada), se le escuchó gritar, con el tabaco consumido en la comisura:

“Chiqui !!!!… Chiqui !!!!… traeme un café… dale Chiquiiieeee !!! ”

18.12.07

SMS - Marzo

"Debés estar cansada hoy, después de todo lo que hicimos en mi sueño anoche"

18.9.07

Creo que si la paciencia fuera un valor equivalente al oro, sin duda ya sería millonaria.

11.9.07

Pérdida

Hace tiempo tengo una sensación rara con esta persona.
No lograba definir ese sentimiento, salvo por una clara decepción
(no caben los detalles...)
Hoy me cayó la ficha; me di cuenta de que, tristemente, le perdí el respeto.

9.8.07

Definiciones III



- Sos inversamente proporcional...

- Ep? ¿De qué hablás?

- Sos inversamente proporcional a Mafalda.

- ¿Ah si? ¿Cómo es eso?

- Mafalda es una nena-grande, y vos sos una grande-nena.

- ...



13.7.07

Sweet emotion

Después de correr con pies de niños, cinco minutos antes de que clavaran las siete (fecha tope en el parque de diversiones), allí se plantaron los cuatro treintañeros: en la puerta del mismísimo “INFIERNO”.

- Esto debe ser una pavada -canchereó Sol.

- Vamos a ver... no debe ser tan malo -respondió Juan.

Una vez atravesado el umbral, afloraron risitas nerviosas. La oscuridad oscilaba entre media y absoluta; y en proporción a esta variación reían ellos, aferrados -en filita- a la ropa de quien estuviera al alcance, mientras revivían alguna porción de infancia no del todo abandonada.

- Dale, boludo, pasá, ¿qué estas esperando?

- ¿Por qué no pasas vos primero man, si sos tan piola? Ejejejeje

- Aia, aiaaaaa....no veo nadaa!

- Jijijiji

- Jaaaaaajaaaaaaaaajaaaaaaa....

Fue en ese microclima donde estalló el grito abruptamente agudo de quien había precaratulado la experiencia como “pavada”, luego de trastabillar ante el “monstruo iluminado” que se le agazapó encima. A esta exclamación le siguió una ininterrumpida cadena de carcajadas y murmullos que, momentos más tarde, se verían reflejados en una extraña pero agradable tensión estomacal.

¿Habrán latido con más potencia aquellos cuatro tibios corazones?
¿Habrán viajado, al menos superficialmente, por algún tipo de dimensión atemporal?
¿Habrán olvidado, durante largos minutos, los problemas, fastidios, prejuicios, especulaciones e injusticias del mundo real?

Ojalá que sí.

21.6.07

¿Una llave?

El cerebro omite, no casualmente.
Ese asunto de la memoria selectiva no es menor;
podría responder varias de nuestras incógnitas.
Pero, por ahora, lo dejo pasar.