No Excuses

25.7.06

La relatividad de la fama

Julio de 1996.
Aquella primera salida nocturna por las calles Nueva York, con Ana Inés –muchacha nómade por naturaleza y por definición- quedó sellada como uno de los recuerdos más vivaces de mis inaugurales veintipico.

Junto con otras dos argentinas que se sumaron en el camino, estábamos decididas a conocer los “misterios” del Greenwich Village y el Soho, barrios donde se concentra la movida artística y musical de Manhattan.
Haciendo uso y manipulación de nuestra feminidad, y argumentando que éramos unas “pobres argentinas” con ganas de divertirnos, logramos ingresar a varios bares y boliches en una sola noche, sin pagar entrada. Entre ellos, un “sótano” donde altísimos afroamericanos con gorritos de vicera nos enseñaron a bailar reggie, un pub con sillones símil cebra y paredes plateadas donde lo único que hicimos fue sacarnos fotos, un bar donde una increíble banda de jazz hacía vibrar a un público multifacético...

La última y más jugosa parada fue en “The Bitter End” (se me acaba de ocurrir, mientras escribo, buscarlo en Internet, y vaya emoción!... está el site* ), típico nightclub donde una banda de rock local largaba sus propios acordes. La anécdota más insólita de la noche, fue cuando al comentarle al barman que veníamos de Argentina, nos dice:

- Argentchina! By the way... Hace un mes, pasó por aquí un argentino muy particular, que nos aseguraba ser el músico argentino más famoso! Jajaja. Pero, la verdad, mucho no le creímos (su tono era más que risueño; diría, casi burlón).

Nos miramos entre nosotras, y preguntamos al unísono:

- ¿Cómo era el argentinooooo?
- Era alto y flaco. Un personaje, el hombre. Ah! Y tenía un bigote de cada color!

Say no more.

* http://bitterend.com/

4 Comments:

Blogger Mantis said...

Aaah... esas son anécdotas. Yo una vez, me subí a un colectivo y la máquina me dio doble boleto.

Ya está. Eso es hasta ahora lo más interesante que podré contarle a mis nietos alguna vez. Pero mantengo mis dedos cruzados...

8:32 a. m.  
Blogger Magic said...

Hola Pau! Y si, siempre hay que tener una sorpresita guardada, no? jaja. Ahora que me pedís el relato bonjoviesco, me voy a tener que sentar a resumirlo, porque tiene 7 páginas! En breve, algo aparecerá...

Hello Mantis, me hiciste reir muuucho con lo del boleto. Siempre hay algo interesante por contar, como lo hacés en tu sitio, que me divierte mucho. Saludos!

10:22 a. m.  
Blogger Caríssimo Cuore said...

y es verdad, García tiene su depto ahí en el Village. Lo conoce hasta el panadero!

1:22 p. m.  
Blogger Magic said...

No contaba con ese dato, caríssimo cuore.
Parece que simplemente lo conocen de vista (y no por sus dotes artísticas). Al menos, este barman.

9:31 a. m.  

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